Los campos de la Inteligencia Artificial y ética empresarial están convergiendo cada vez con más frecuencia en el ámbito de los negocios de vanguardia. Así, como seguramente sabrás, el futuro utópico donde las máquinas son capaces de tomar sus propias decisiones ya no es tan utópico; en consecuencia, la legalidad aplicable en ciertos casos ha de ser diseñada desde cero o a partir de los regulaciones anteriores que podrían quedar obsoletas en la próxima década.
Ante este panorama, la Comisión Europea publicó a finales del pasado 2018 su primer borrador de directrices éticas para sistemas de IA (inteligencia artificial), que viene a resaltar dos requerimientos básicos: que los organismos IA estén supervisados y al servicio de las personas, y que no se utilicen para transgredir los límites de la privacidad de la gente.
En la redacción del borrador trabajaron 52 especialistas de distintas disciplinas y, además de la orientación que hemos señalado, introduce otros conceptos regulatorios que pretenden regular el uso que hacen las organizaciones de estas entidades pensantes.
La IA en el ámbito empresarial
El éxito en el proceso de transformación digital en las empresas está supeditado a su capacidad para integrar herramientas tecnológicas de gestión de nueva generación en una estructura organizativa que puede estar mejor o peor preparada para el cambio, pero que, sin duda, se verá afectada por la obligada complementariedad que rige entre humanos y máquinas en una iniciativa 4.0.
De este modo, los departamentos comerciales, por ejemplo, han visto como los bots virtuales ocupan su lugar. Estos son capaces de desarrollar conversaciones fluidas a partir de las respuestas de los posibles clientes; o recuperar datos de contacto para que una persona realice la fase final de conversión; incluso son capaces de atender problemas complejos, como quejas o la gestión de devoluciones de producto.
Y del sistema central a la app de supervisión de las actividades del bot. Hoy en día los responsables de ventas pueden comprobar, en tiempo real, el rendimiento de su aplicación de comunicaciones y ver que decisiones ejecutivas está tomando, introduciendo mejoras de forma manual que supondrán una línea más de aprendizaje para el sistema.
Otra esfera que se ha visto especialmente afectada ha sido la planificación de abastecimientos, y otras funciones logísticas desde el punto de vista funcional y administrativo. En este sentido, un ordenador se ocupa de auditar las necesidades presentes y futuras de la empresa, y lanza propuestas de abastecimiento a su red proveedores, negociando las condiciones finales de precio y entrega en función de las ofertas del resto de proveedores.
Incluso los periódicos han puesto en manos de las máquinas la tarea más humana que existe: la escritura. En la actualidad algunos diarios digitales están conectados de manera telemática con el servicio de sismología y obtiene sus propias noticias de manera automática.
Principios fundamentales de regulación de la IA
Al margen de su papel en la digitalización de empresa, los sistema de IA empiezan a estar presentes en multitud de ámbitos civiles, por tanto, el texto de la UE pretende establecer una normativa aplicable tanto al sector empresarial como a la sociedad en general.
Seguidamente te presentamos los 5 puntos principales del texto.
Principio de beneficencia
Que no maleficencia; es decir, los organismos IA han de diseñarse para que cumplan un propósito: incrementar el nivel de bienestar de los humanos de forma sostenible, en sintonía con los intereses de nuestro planeta.
Principio de No maleficencia
Ahora sí, el principio de no maleficencia completa la acotación anterior. De este modo, los sistemas IA deben desarrollarse con un propósito, que debe ser de beneficencia y ningún otro. Por tanto, sus actuaciones no pueden dañar a las personas ni invadir su privacidad.
Principio de autonomía
Las decisiones de un organismo de Inteligencia Artificial no deben coartar la libertad ni el libre albedrío de las personas.
Principio de justicia
Las personas que desarrollan inteligencias artificiales no pueden, en ningún caso, promover la ilegalidad en las acciones del sistema.
Principio de explicabilidad
Tanto el objetivo del sistema como su operativa han de ser claros y transparentes. La función del organismo y sus propias acciones han de estar justificadas.
Estas son las directrices más destacables. El documento definitivo saldrá a la luz el próximo mes de marzo con las modificaciones oportunas.
En definitiva, Inteligencia Artificial y ética empresarial son dos conceptos condenados a entenderse. Debes entender que los sistemas de IA, y sus sets de funciones, están dedicados a cumplir con las directrices humanas, que no siempre cristalizan en actuaciones legales; por tanto, el proceso de desarrollo de la Inteligencia Artificial por parte de las empresas debe obedecer a ese criterio ideal de justicia y legalidad que rige otras esferas del mundo de los negocios. En este sentido, en MK DIGITAL promovemos el uso responsable de nuestras apps y sus componentes IA. Si quieres adquirir una valiosa ventaja competitiva al mismo tiempo que respetas la legalidad vigente, ponte en contacto con nosotros.